Tetera (Stromanthe jacquinii) y Chocolatillo (Ischnosiphon arouma), dos especies vegetales que tejen identidad cultural en comunidades indígenas del Cauca, Colombia

Tetera (Stromanthe jacquinii) and Chocolatillo (Ischnosiphon arouma), two plant species that weave cultural identity in indigenous communities of Cauca, Colombia

Wendy Tatiana Vallejo Caicedo*

*    Socióloga, Especialista en Gestión de Procesos Psicosociales. Contratista, Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP), Investigadora del Componente Sociocultural. e-mail: wtmarimba@gmail.com

Recepción: Septiembre 5, 2017      Aprobación: Diciembre 4, 2017       Editor Asociado: Rentería CA.       DOI: https://doi.org/10.51641/bioetnia.v15i1.192

Resumen

A lo largo del tiempo el conocimiento tradicional ha contribuido a sustentar la identidad de las comunidades presentes en el territorio, permitiéndoles transmitir, transformar y reproducir las diversas formas de representación y expresión de la diversidad cultural de los grupos étnicos, donde los ecosistemas juegan un papel importante por constituir los espacios de uso de los cuales se extraen las especies vegetales empleadas en la elaboración de variadas artesanías que hacen parte de la afirmación de un procesos de participación de las mujeres como cocreadoras y gestoras de dinámicas identitarias que prevalecen mediante la transmisión generacional, que subyacen de las relaciones establecidas con el territorio para finalmente evidenciar las diferencias que sustentan la riqueza de las comunidades de Nueva Bellavista y el Partidero. En cada una de estas comunidades se realizaron recorridos para la identificación de especies vegetales tales como Tetera ( Stromanthe jacquinii) y Chocolatillo (Ischnosiphon arouma), que son utilizadas por las mujeres indígenas para elaborar diferentes modelos de artesanías. De igual manera, se realizaron entrevistas semi-estructuradas que constituyeron el elemento principal para la recolección de información, se tomaron notas de campo y registro fotográfico y se hicieron observaciones para el análisis requerido. En este sentido, las recopilaciones de información bajo estos mecanismos mencionados hicieron posible la compresión de formas de relacionamiento y patrones marcados de identidad cultural, basados en la confección de artesanías fabricados con base en las especies vegetales que han determinado los diferentes espacios de uso del territorio, como también los procesos de conservación de los productos no maderables. Por tanto, el documento se estructura en el marco de los resultados obtenidos, primero, con la identificación de las especies empleadas en el proceso de elaboración de las artesanías, las especies de Tetera y Chocolatillo como la materia principal para esta elaboración, en segundo lugar, el proceso de elaboración de las diversos productos o artesanías que son realizadas por las mujeres indígenas y finalmente, la elaboración de artesanías como proceso de consolidación de la identidad.

Palabras clave: Conocimiento ancestral, Diversidad cultural, Identidad, Territorio.

Abstract

Traditional knowledge has contributed to sustain over time the identity of the communities presents in the territory, allowing them to transmit, transform and reproduce the various forms of representation and expression of the cultural diversity of ethnic groups, where ecosystems play a role. important because it constitutes the spaces of use from which the plant species used in the elaboration of various crafts that are part of the affirmation of a process of participation of women as co-creators and managers of identity dynamics that prevail through generational transmission are extracted, that underlie the relationships established with the territory to finally reveal the differences that sustain the wealth of the communities of Nueva Bellavista and El Partidero. In each of these communities, tours were carried out to identify plant species such as, Tetera (Stromanthe jacquinii) y Chocolatillo (Ischnosiphon arouma), that are used by indigenous women for the development of different models of handicrafts. In the same way, semi-structured interviews were carried out that constituted the main element for the collection of information, field notes and photographic record were taken and the observation for the required analysis. In this sense, the compilations of information under these mechanisms mentioned made possible the compression of forms of relationship and marked patterns of cultural identity, based on the making of handicrafts made based on the plant species that have determined the different spaces of use of the territory, as well as the conservation processes of non-timber products. Therefore, the document is structured within the framework of the results obtained, first, with the identification of the species used in the process of making handicrafts, the species of teapot and chocolate as the main material for said preparation, secondly, the process of making the various products or handicrafts that are made by indigenous women and finally, the making of handicrafts as a process of identity consolidation.

Keywords: Ancestral knowledge, Cultural diversity, Identity, Territory.

Introducción

La identidad cultural de los pueblos indígenas traslapa de manera amplia a todas las esferas de la vida de los individuos en las comunidades, de tal manera que, sustenta las diferencias y particularidad de los grupos étnicos que se consolidan desde los significados y significantes de un territorio contenido de saberes, cosmovisiones e imaginarios, prácticas, tradiciones, de resistencia, lucha por la autonomía, expresiones simbólicas y las diversas relaciones que se entretejen con la biodiversidad o los ecosistemas para el desarrollo de diferentes prácticas culturales. Por ello Herreño (2004) afirma:

La acepción del territorio si bien conserva un marcado carácter cultural, su esencia determinante es política pues ha servido para defender el ejercicio de la autonomía por parte de las comunidades originarias frente a la institucionalidad estatal y a la sociedad mayoritaria, concretándose para ello, en la demarcación de áreas territoriales en las cuales los pueblos étnicos pueden desarrollar sus proyectos de vida. (p. 250)

Es decir, que las dinámicas territoriales están basadas o enmarcadas en el desarrollo de una construcción política aferrada a la cosmovisión y cosmogonía de las comunidades como elemento indispensable para garantizar formas particulares de vivir en el territorio.

De igual manera, para la comprensión territorial, cabe señalar que las comunidades indígenas Eperara Siapidaara consolidan una visión del mundo que integra tres aspectos importantes, que a su vez permite entender esa relación con el territorio como el lugar productor de vida en el que se cimientan las cosmovisiones e imaginarios que hacen parte de la identidad cultural. Por consiguiente, los autores señalan:

Los Sia conciben tres mundos; el primer mundo es el de arriba, en este mundo se encuentra el sol Tachi Ak´ore; el segundo, es el del medio, este es Tachi Euha, es decir nuestra tierra, aquí viven los Eperara Siapidaara, este mundo inicia en To Khi (cabecera de los ríos) y termina en To Kharra o Thai (raíces de ríos o bocanas o desembocaduras); el tercer mundo es el de abajo, es el de los Antau Aramoora Euha (espacio de los Tápanos). El Dios sol circula por los tres mundos y les da luz a los tres espacios. La Tachi Nawe es la mediadora entre los tres mundos. Los Sia, consideran el territorio como un ser vivo, que permanece en el tiempo, de ahí la denominación TACHI EUHA (TACHI – nuestra: EU – tiempo; HA – vientre) madre de la naturaleza quien da vida, alimento, albergue, salud, espacios de recuperación; es decir el Territorio visto como un todo, que integra el mundo de los Sia, con los tres espacios mencionados anteriormente (Mininterior y Ozbescac 2012, p.7).

Del mismo modo en esa compresión del concepto de territorio, es importante señalar la territorialidad, la cual permite comprender la matriz cultural de los grupos sociales, por lo tanto, la interpretación del concepto realizada por Hoffman (1999) resulta ser imperante señalando que el territorio se basa en las prácticas, concepciones y representaciones elaboradas entorno a los espacios en los que nos movemos; la territorialidad no equivale a territorio, sino a prácticas o representaciones que tienden al reconocimiento y la apropiación de un espacio. En esa misma medida, Restrepo (1999) plantea que la territorialidad es “un proyecto político-cultural que trasciende las fronteras nacionales anclado en las condiciones ecológicas, económicas, históricas y culturales compartidas” (p. 228).

Por otro lado, según Jackson y Penrose (1993 p.1 como se citó en Oslender 1998 p.25) afirman que “la identidad es social y culturalmente construida como un producto de fuerzas históricas y geográficas específicas”. Es decir, que esta no se convierte en una categoría aislada y estática sin posibilidades de sumergirse a las dinámicas de cambio que subyacen en el territorio donde pertenece el individuo. En ese orden de ideas, parafraseando a Oslender (1998), “la identidad es el resultado de procesos o acciones cambiantes, transformables y construidas bajo el marco del cúmulo de saberes y prácticas que subyacen en el territorio, por tanto, desde ninguna perspectiva se busca reducirla al esencialismo cultural, y sí, por el contrario, se debe reconocer que ese dinamismo permite la reinvención de los modos de vida del grupo social”.

En este contexto, se puede reflexionar que el territorio, territorialidad e identidad son conceptos decisivos para la compresión de los diversos grupos étnicos, en este caso de los indígenas, porque a través de ellos se consolidan formas socio-territoriales y cosmovisiones que son representadas y llevadas a la práctica desde años memoriales para expresar formas particulares de vida y pertenencia. En ese sentido, las comunidades étnicas revientan y consolidan viejas formas de apropiación en el Pacífico para garantizar la lucha, permanencia y continuidad en el territorio como lugar de bienestar y de buen vivir.

Metodología

Área de estudio. En el cuadro del establecimiento de las comunidades del área a investigar, se resaltan los siguientes datos:

“El Resguardo indígena Eperara Siapidara Nueva Bellavista y Partidero, está ubicado en la vereda ‘El Pedrero’ Temuey del municipio de Guapi. Fue aprobado mediante Resolución 374 del 15 de diciembre del año 2015” (Mejía y Jaramillo 2018 p. 6) (Figura 1).

Figura 1. Mapa de ubicación de las comunidades de Nueva Bellavista y El Partidero


Desde este marco y sustentando lo anterior, de acuerdo con la entrevista realizada al líder comunitario de Bellavista, Jacinto Mocho, se manifiesta que el resguardo está conformado por 32 familias pertenecientes a la comunidad indígena Eperara Siapidara, con una extensión de 52 hectáreas y 5.000 metros cuadrados.

De igual manera, en términos de la distribución por sexo y variables como la edad, los autores de mencionan:

“En la comunidad indígena Nueva Bellavista hay más hombres (57%) que mujeres (43%), es una población muy joven, un poco más de la mitad tiene menos de 20 años (52%) y el 80% es menor de 40 años. Solo 5% de los habitantes son mayores de 65 años. Los niños menores de 10 años alcanzan el 20%. Es una población en crecimiento, con un grupo poblacional importante en la infancia y adolescencia” (Mejía y Jaramillo 2018, p. 8).

Por otro lado, la economía del territorio está basada principalmente en la elaboración de artesanías, la pesca, caza, agricultura y minería artesanal.

Los grupos étnicos en la costa pacífica del departamento del Cauca, han compartido por generaciones un territorio que permite mostrar las dinámicas culturales, económicas, ambientales y políticas que han establecido dentro de un mismo espacio y compartido de manera espacial, contextual e histórica, construyendo de esta manera su entramado cultura e identitario.

En relación con las comunidades indígenas en el caso de los que se encuentran asentados en el Cauca, IIAP (2015) menciona que los diferentes grupos indígenas en América, donde se resalta un vínculo directo con la tierra y todos los elementos que hacen parte de ella, desde los seres vivos hasta los no vivos, su relación con la naturaleza se basa en la armonía, el equilibrio con los espíritus que poseen estos seres vivos y no vivos; es decir, que la forma un estilo de vida que está basado en la conexión que existe con otros espacios y es a partir de allí que realizan prácticas que permiten afirmar su identidad.

Método. El desarrollo de la investigación la cual tiene un carácter cualitativo, para la obtención de la información primaria, se basó en un estudio de caso de cinco mujeres indígenas dedicadas a la elaboración de diversas artesanías, las cuales fueren elegidas por hacer parte del grupo de mujeres lideresas y emprendedoras a través de esta práctica. Se seleccionaron dos comunidades del municipio de Guapi, Cauca, Nueva Bellavista y el Partidero. En cada una de ellas se recopiló información valiosa para la consolidación del documento. Para tal efecto se recurrió a la observación participante que permitió el reconocimiento de los espacios de uso de las especies vegetales de Tetera (S. jacquinii) y Chocolatillo (I. arouma) como se evidencia en la (Figura 2).

Figura 2. a-b-c En recorridos identificando especie de Chocolatillo en la comunidad de Nueva Bellavista



Asimismo, se utilizó como herramienta de recolección las entrevistas semiestructuradas y los conversatorios (Figura 3). En el análisis de datos se realizó un proceso manual que a la luz de los conceptos y reflexiones teóricas planteadas, permitieron la consolidación del escrito, especies vegetales de Tetera y Chocolatillo como parte de su construcción identitaria de las comunidades indígenas.

Figura 3. a-b. Conversatorio con mujeres indígenas de la comunidad El Partidero



Resultados y discusión

Productos identificados para la elaboración de artesanías. Para la obtención de la materia prima se utilizó el Chocolatillo que al ser cortado se extraen las venas que luego se exponen al sol antes de ser transformadas. Por otro lado, la Tetera crece en espacio abierto y debe ser plantada cerca a la orilla del río en época de menguante para posterior cosecha (Figura 4).

Figura 4. Especies identificadas para la elaboración de las artesanías.



Es importante mencionar que, para garantizar la sostenibilidad del producto, las comunidades han desarrollado estrategias de conservación que les han permitido seguir aprovechando las especies para la elaboración de las diversas artesanías. Esta estrategia hace referencia a la forma natural para la regeneración de los espacios de uso y de la especie vegetal, lo cual implica dejar descansar, por períodos prolongados, la tierra donde se siembra para el caso de la Tetera, o donde se obtiene directamente para el caso del Chocolatillo (Figura 5).

Figura 5. Estrategias para la conservación de las especies vegetales



De acuerdo con los conversatorios establecidos sobre las estrategias de conservación con las mujeres indígenas, desde sus saberes, cosmovisiones e imaginarios, manifiestan que es necesario que las especies vegetales sean cortadas en épocas adecuadas, es decir, teniendo en cuenta las fases lunares; por tanto, en menguante es apropiado cortar el producto, a diferencia de cuando se está en luna, porque si se corta en esta época las artesanías elaboradas no tienen la misma durabilidad que cuando se corta en menguante. Este hecho tradicional contribuye a que se obtenga materia prima de calidad.

De igual manera, en el caso del Chocolatillo cuando se extraen grandes cantidades, expresan las mujeres indígenas que se debe permitir que el espacio de uso se restaure o descanse por un tiempo largo, aproximadamente ocho meses, como también evitar cortar las que están surgiendo o son pequeñas, es decir las que tienen dos hojas, constituyéndose como una forma tradicional de conservación y salvaguarda de los ecosistemas aprovechados. Es así como por medio de este proceso las mujeres indígenas garantizan la producción constante de las artesanías para su comercialización.

En ese orden de ideas, es relevante mencionar que esta estrategia de conservación está basada en la concepción o visión que tienen las comunidades indígenas frente al universo y su relación con la naturaleza; a su vez estas estrategias se constituyen como formas o procesos identitarios que les permiten marcar pautas de diferenciación étnica en relación con los otros. De ahí, la importancia de traer a colación que las comunidades que hacen parte del pueblo Sia, como manifiestan Mininterior y Ozbescac (2012) sustentan esta pervivencia desde su visión del mundo la cual radica o se conciben a partir de otros mundos: el de arriba donde se encuentra el sol, el del medio es la tierra que habitan con sus ríos y diversos ecosistemas que se extiende desde las cabeceras hasta las raíces de los ríos o bocanas o desembocaduras, y finalmente, el tercer mundo, es el de abajo el cual se denomina con el espacio de los Tápanos; sin embargo, es el sol que desde ese primer mundo transciende a los otros para recubrirlos de energía. Por consiguiente, la existencia de estos mundos se debe interpretar de manera integral y transversal al territorio como un todo indivisible que permea todas las esferas de sus vidas.

Proceso de elaboración de las artesanías. Para la elaboración de los productos artesanales las especies vegetales Tetera (S. jacquinii) y Chocolatillo (I. arouma) debe ser raspado hasta quedar de color blanco y posteriormente colocado al sol, para luego ser cocinado con la tinturar natural o artificial (productos comercializados para tinturar). Tradicionalmente las mujeres indígenas han hecho uso de los productos que el medio les ofrece empleando la corteza de los árboles o plantas medicinales. Para tinturar utilizan una planta llamada Puchama para obtener el color rojo, para el color negro realizan un proceso de sumergir la Puchama en un barrial durante varios días hasta conseguir el tono de color oscuro deseado; con la planta sangre gallina se obtiene el color morado; del árbol quinde se obtiene el color gris, del nato el color vino tinto.

Al proceso de trasformación del Chocolatillo se suma que al extraerse las venas deben estar al sol por dos días; si se extiende ese tiempo se deteriora el producto y no puede ser utilizado para la elaboración de las artesanías. Del mismo modo si el producto o materia prima no es sometido a este proceso se corre el riesgo que el material se dañe cuando se está utilizando. En este proceso se encuentran incluidas herramientas como cuchillo y tijera, empleados para raspar las tiras de Chocolatillo o Tetera y pulir partes del producto que se esté elaborando; también se utilizan cuerdas plásticas para el caso de los jarrones y canastos, entre otros diseños y ollas para el proceso de tintura.

De acuerdo con lo manifestado por las personas entrevistadas, en el proceso de elaboración de las artesanías, el tiempo estipulado para la transformación depende de la magnitud del producto, el diseño que se esté elaborando y el tiempo que se le dedique al proceso de elaboración. Por citar algunos casos, los abanicos elaborados a base de Tetera requieren una hora, los fruteros requieren un tiempo máximo de dos días y los individuales para comedores, de tres a cuatro horas, sin embargo, este proceso cambia dependiendo de la habilidad y destreza de la artesana (Figura 6).

Figura 6. a-b-c. Elaboración de un abanico con Tetera



La elaboración de artesanías como proceso de consolidación de la identidad. La identidad cultural como producto de las dinámicas y actividades realizadas en los diferentes espacios donde se mueven los individuos, ha consolidado las tradiciones y prácticas identitarias, que permiten a los grupos sociales determinar formas de relacionamiento, de uso y aprovechamiento de los recursos que el medio les proporciona. Por ello, la identidad como fuente motora para la construcción y sostenibilidad de los pueblos debe ser fomentada constantemente a través de mecanismos que son representados a partir de las artesanías, los bailes, la gastronomía y demás. Por lo tanto, las artesanías constituyen un proceso generacional familiar, porque son las abuelas y las madres las que transmiten los saberes y conocimiento a las nuevas generaciones, y posibilita a su vez el fortalecimiento de la identidad y el patrimonio cultural como inherente para la supervivencia y reconocimiento de las diferencias.

Es relevante mencionar que la enseñanza de la elaboración de las artesanías hace parte de la herencia y legado de los pueblos indígenas para garantizar los ingresos económicos de las familias que las elaboran, porque gran parte de las familias asentadas en la comunidad de El Partidero y Nueva Bellavista han realizado actividades de comercio a nivel local, regional y nacional de las artesanías como un medio de subsistencia que junto con las prácticas económicas de producción permiten garantizar la satisfacción de algunas necesidad básicas de los pobladores.

Entonces, bajo el marco de este mismo proceso de descripción de la matriz cultural de la comunidades indígenas, se puede decir que estos grupos sociales siguen consolidando, y reinventando las mismas prácticas, concepciones y representación en los espacios donde se mueven con ello, afirmando y transformado formas de concebir el territorio a través de la misma representación de las prácticas culturales, que construyen formas de entender la territorialidad bajo todo ese cúmulo de saberes dados para trascender en el territorio (Hoffman 1999). En el mismo sentido de compresión se interpreta a Restrepo (1999) teniendo en cuenta que la concepción y la percepción al extenderse permite a los grupos sociales construir nuevas condiciones económicas, culturales y ambientales para comprender el entorno y adaptarlo a sus prioridades, de ahí que la elaboración de diferentes modelos de artesanías basados en animales como el mono, la araña, alacrán, culebra, sea una forma de representar lo que les rodea. Por otro lado, las mujeres indígenas manifiestan que, la elaboración de artesanías es una actividad que permite reforzar sus prácticas, legado cultural y la conservación de esa estrecha relación con la naturaleza.

Por ello, la confección de los diferentes modelos de artesanías como canastos que son utilizados para la recolección de productos agrícolas, los bombilleros, abanicos, estera, individuales, porta vasos, fruteras, tula o tulita, materas, bolsos, petaca, terlenka, etc., hacen parte de la producción, transmisión e interpretación del conocimiento para finalmente consolidar la identidad (Figura 7).

Figura 7. Modelo de flujo de la identidad.



Conclusiones

Las mujeres indígenas siguen afirmando a través de diversas prácticas el rol de transmisoras de saberes para la supervivencia de los procesos identitarios en la comunidad, que devalan unas relaciones inherentes con el territorio, relaciones basadas en el aprovechamiento consciente de los ecosistemas que hacen posible el empleo de especies vegetales como la Tetera y el Chocolatillo, con los cuales no solo se elaboran piezas artesanales sino que también constituyen expresiones de diferenciación étnica que soporta la identidad de las comunidades.

Por tanto, se puede mencionar que la Tetera y el Chocolatillo son uno de los productos naturales más importantes dentro de las prácticas artesanales para este grupo de mujeres pertenecientes a las comunidades de Nueva Bellavista y El Partidero.

Asimismo, estas especies muestran la riqueza vegetal del Pacífico caucano como garantes de dinámicas sociales, económicas y de reconocimiento de lo propio como el inicio de la construcción de formas territorializadas y culturales, donde subyacen nuevas concepciones y percepciones para realizar lecturas e interpretaciones posteriores de los grupos indígenas.

Literatura citada